¿No hay salida?
La mayoría de nosotros sentimos que, en el fondo, somos dignos de confianza, sensibles y concienzudos. Por lo tanto, encontrarnos en un dilema en el que no somos capaces de cumplir una promesa puede perturbar nuestro sueño.
Esta noche, ¿hay algo que te preocupa, algo que has prometido hacer pero que te das cuenta de que no podrás cumplir? ¿Sientes que estás en un aprieto sin esperanza? Te sientes mal porque te das cuenta de lo vitalmente importantes que son los votos para Dios (Eclesiastés 5:4) y estás atrapado y no sabes qué hacer.
No es que estés tratando de escabullirte de algo. Tenías las mejores intenciones, pero la vida dio un giro inesperado. Tal vez fuiste avalista de un préstamo para alguien, te ofreciste como voluntario para emprender un proyecto o te comprometiste demasiado. Sea lo que sea, creo que el principio que Dios nos da en Proverbios se aplica a tu situación. Dice:
"...Si has quedado atrapado por tus palabras, si te han atrapado las palabras de tu boca, haz esto, hijo mío, para librarte, ya que has caído en manos de tu prójimo. Ve y humíllate; intercede por tu prójimo. No des sueño a tus ojos, ni adormecimiento a tus párpados. Libérate, como una gacela... como un pájaro de la trampa del cazador" (Proverbios 6:2-5, NVI).
Toma en serio la Palabra de Dios. Ve y humíllate ante quienquiera que hayas atado. Ora con anticipación para que Dios ablande su corazón, ¡para que puedas ser libre!
Dios te ama y quiere responder a tu oración. Di esta oración conmigo:
Padre Celestial, te doy gracias porque, aun cuando parece que no hay salida, Tú provees una salida. Dame el valor y la fuerza espiritual para humillarme ante esta persona a la que estoy atado. Haz que comprenda y sea misericordioso. Que nunca olvide que es a los misericordiosos a quienes Tú muestras misericordia, y cuando sea mi turno de liberar a alguien de un compromiso, permíteme hacerlo con gusto. En el nombre de Jesús, amén.